Durante más de 36 años no he acertado ni una, en mis quinielas vitales futuristas. Pero ni una es ni una. Y no lo digo con tristeza sino más bien con una sonrisa. Es más bien asombro y a la vez inquietud de la buena, ya que por muchos planes y empeños que tengamos, nuestra hoja en blanco se va escribiendo a su ritmo por manos ajenas. Ésta semana, creo o presiento que habrán cambios...lo que no sé si serán para bien o no. Una cosa sí sé, no merece la penar romperse la cabeza, porque como digo adivinar el futuro, va a ser que no es lo mío. Y mientras escribo lo que pienso, me río de mí misma.
Hoy he escuchado esta versión, mientras paseaba el perro, o más bien el perro me acompañaba en mi empeño de ser Jesica Flecher. Lo dicho, ni una. Buenas noches y bienvenido lunes.
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