El brunch es una memez. Me explico, el viernes habíamos quedado a las 12 h. ¿ Para hacer el vermut? ¿ Para desayunar? ¿ Para comer? NOOOOO, para hacer un brunch. Y claro a las 12 h, con un agujero negro en el estómago, me reuní en un bareto de éstos que proliferan como setas... que con solo entrar te sientes cool y que por un zumito te clavan 3 euracos... Bueno he de decir que me puse tibia, que si huevos poché, patatas, ensalada, salmón... Que sí, que salí rodando de allí... la experiencia en ese momento no me desagradó porque estaba bueno... pero a las 16h no tenía hambre... pero a las 18h, me ponen un bistec y me lo como... Total, por las horas que eran, merendé y el resultado es que mi cuerpo quería macarrones, bistec... no una mierdecita de bocata....
Como es de suponer me quedé igual, silbando de hambre, esperando la hora cenar, para volver al horario habitual de comidas. Y es que me guste o no... soy un animal de costumbres, que está programada para desayunar, comer, merendar y cenar. Así que el brunch que se lo quede otro, porque yo soy más de vermut.